LAS ECOALDEAS: UNA RESPUESTA
ALTERNATIVA A LA INEQUIDAD
ECOVILLAGES: AN ALTERNATIVE
RESPONSE TO INEQUALITY
Eska Elena Solano Meneses
Universidad Autónoma del Estado de México
México
eskasolano@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-5974-1511
Fecha de recepción: 04 de octubre, 2022. Aceptación: 09 de noviembre, 2022.
Resumen
Este trabajo corresponde a un artículo de investigación original que analiza el concepto de ecoaldeas como una respuesta alternativa ante la inequidad en Latinoamérica. El objetivo de este estudio es la realización de un análisis crítico de las ecoaldeas centrando el enfoque en aspectos de equidad y compromiso con el medio ambiente, incorporando en el análisis tres casos desarrollados en Latinoamérica. La hipótesis es que las ventajas de las ecoaldeas como paradigma social ante la crisis de pobreza y desigualdad no han sido consideradas ni valoradas; y tampoco su pertinencia ante las circunstancias de los países emergentes. La metodología se sustenta en contrastaciones teóricas y empíricas de las ecoaldeas, apoyada en la comparación de un análisis cualitativo con base en 4 variables que son: económicas, ambientales, inclusivas y sociales, así como la consideración de 7 indicadores de los hábitats urbanos según la ONU Hábitat a decir: a. Seguridad de la tenencia, b. Disponibilidad de servicios, materiales, instalaciones e infraestructura, c. Asequibilidad, d. Habitabilidad, e. Accesibilidad, f. Ubicación y g. Adecuación cultural. Se analizan con ello tres ecoaldeas desarrolladas en Latinoamérica: a. Ecoaldea Huehuecóyotl, ubicada en Tepoztlán, Morelos, México; b. Ecoaldea Aldeafeliz, ubicada en Cundinamarca, Colombia y c. Ecovilla Gaia, ubicada en Navarro, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Los resultados permiten delinear una visión en prospectiva de las ecoaldeas, enfocada en el cambio de paradigmas funcionales, de propiedad, de materiales, de dimensiones, etc. y se concluye que se deben valorar los principios en que se funda para disminuir la inequidad en Latinoamérica.
Palabras clave
Ecoaldeas, inequidad, hábitat, vivienda, sustentabilidad.
Abstract
This paper is an original research article that analyses the concept of ecovillages as an alternative response to inequality in Latin America. The objective of this study was to carry out a critical analysis of ecovillages focusing on aspects of equity and commitment to the environment, incorporating in the analysis three cases developed in Latin America. The hypothesis is that the advantages of ecovillages as a social paradigm in the face of the crisis of poverty and inequality have not been considered or valued, nor their relevance in the circumstances of emerging countries. The methodology is based on theoretical and empirical contrasts of ecovillages, supported by the comparison of a qualitative analysis based on 4 features: economic, environmental, inclusive and social, as well as the consideration of 7 indicators of urban habitats according to UN Habitat, namely: a. Security of tenure, b. Availability of services, materials, facilities and infrastructure, c. Affordability, d. Habitability, e. Accessibility, f. Location and g. Cultural appropriateness. Three ecovillages developed in Latin America are analysed in this way: a. Ecovillage Huehuecóyotl, located in Tepoztlán, Morelos, Mexico; b. Ecovillage Aldeafeliz, located in Tepoztlán, Morelos, Mexico. and c. Ecovilla Gaia, located in Navarro, Province of Buenos Aires, Argentina. The results led to outline a prospective vision of ecovillages, focused on the change of functional paradigms, ownership, materials, dimensions, etc. and it is concluded that the principles on which they are based must be valued in order to reduce inequality in Latin America.
Keywords
Ecovillages, inequality, inequality, habitat, housing, sustainability.
Introducción
Este trabajo tiene como objetivo la realización de una evaluación crítica de las ecoaldeas, centrando el enfoque en una visión sustentable y social e incorporando en el análisis tres casos prácticos desarrollados en Latinoamérica.
Las ecoaldeas constituyen una mirada alternativa para enfrentar la crisis económica, ambiental y social que representa el hábitat humano.
Este trabajo presenta un análisis que busca comprender de una manera profunda las propuestas de las ecoaldeas, y su contraste con el hábitat urbano desarrollado en las últimas décadas, en Latinoamérica.
Finalmente, se exponen tres casos empíricos de ecoaldeas desarrolladas en México, Colombia y Argentina, con el objetivo de contrastar las particularidades de cada caso, como una muestra de la gran variedad de alternativas de vida sustentable; y su posibilidad de generar nuevos principios en los que se fundamente el desarrollo futuro de los hábitats del hombre.
Ecoaldeas como paradigma de hábitat
Las ecoaldeas constituyen, hoy en día, una manera alternativa de vivir, que buscan reforzar paradigmas sociales y sustentables, dado que su característica es impulsar la idea de comunidad, así como el cuidado por lo natural. Constituyen principios alternativos para los hábitats humanos que conjunten una forma de vida saludable, una relación armónica con el medio ambiente y la generación de oportunidades económicas con una visión local y comunitaria.
Si bien las ecoaldeas tienen una historia muy antigua, por ser la base en que las sociedades antiguas fueron concebidas1, su reconocimiento en la época contemporánea data de 1995, cuando en Escocia se llevó a cabo el simposio donde nace la Red Global de Ecoaldeas (GEN) (Salamanca López y Silva Prada, 2015).
Entre sus principales teóricos se encuentra Robert Gilman, quién las define como asentamientos humanos que promueven un desarrollo sostenible y se sustentan en el principio básico del cuidado por las personas y por el planeta (Salamanca López y Silva Prada, 2015). Es así como, a través de una propuesta solidaria y ecológica, buscan el fortalecimiento de sociedades donde se privilegien la justicia, la equidad y la dignidad de todos los seres del planeta.
Las ecoaldeas suelen tener un número limitado de habitantes, por lo que no han de superar los 1000 habitantes, lo que supone un cambio de paradigmas de la vida del hombre en sociedad, ya que constituye una contrapropuesta a la visión capitalista de la ciudad densificada, que parte de un enfoque inclusivo y se sustenta en el Buen Vivir. Se entiende como Buen Vivir a un modelo de vida sustentado en: la equidad social, la sustentabilidad medioambiental y la satisfacción generada por prácticas sociales de una comunidad (Hidalgo-Capitán, Cubillo-Guevara, y Rodríguez-Fariñas, 2022).
1 Es posible encontrar esas aspiraciones de vida asociadas con la revalorización con el entorno natural y la calidad de vida en los familisterios del S. XIX y con la Ciudad Jardín de principios del S. XX, aunque en dichos casos, la experiencia se remonta al contexto espacial y no a los principios de vida sostenible y nueva propuesta filosófica y social de las Ecoaldeas.
Figura 1. Presencia de Ecoaldeas a nivel mundial.
Nota. Tomado de: https://ecovillage.org/projects/map/
Las ecoaldeas representan también una crítica severa a las formas de vida altamente individualistas que caracterizan la era postmoderna. Su trascendencia tiene implicaciones en la economía, la sociedad y el medio ambiente.
Bajo este sentido, las ecoaldeas contribuyen a reivindicar los espacios rurales, mismos que han sido poco valorados ante la alta jerarquización territorial que se ha concedido a los espacios urbanos asociados a una fuerte actividad económica y productiva. Por otro lado, el espacio rural ha sido catalogado como un escenario de atraso, lo que ha contribuido a marginar todo lo que a él refiere, siento justo este espacio el entorno pertinente para el desarrollo de las ecoaldeas (Fernández, 2020).
Contrario a estos paradigmas predominantes, este estudio concibe el entorno rural como un espacio con grandes fortalezas derivadas de su valor ecológico y su cercanía con las zonas de producción agraria, lo que le convierte en un espacio pertinente para la autonomía alimentaria.
Aún hoy se asume el espacio rural como aquel espacio con baja densidad de población, caracterizado por el predominio de actividades económicas relacionadas con el sector agrario (agricultura y ganadería) en el que prevalece un estrecho vínculo entre los pobladores de la localidad y persiste un culto hacia las tradiciones y modos de vida de esa zona (Goerlich, Reig y Cantarino, 2016). Es justamente por todas estas características ya descritas, que este estudio reconfigura estas cualidades como ventajas para vincular y promover las ecoaldeas dentro de entornos rurales.
La necesidad de promover la promoción de un hábitat digno en las zonas rurales permite concebir a las ecoaldeas como una propuesta pertinente, ya que en las zonas rurales se incrementan las condiciones de rezago, tanto en los espacios como en materiales de dichas viviendas. Ello representa un importante rezago tanto social como económico de la población más pobre de Latinoamérica.
Hábitat en Latinoamérica
Hoy, el concepto generalizado de hábitat se encuentra asociado a la ciudad, y su posible respuesta a una problemática compleja ha sido la vivienda social. La vivienda social es aquella que está destinada para cubrir las necesidades de los grupos de población más vulnerables dentro de nuestra sociedad; por lo que su promoción recae en manos del estado, a través de la creación de políticas e instituciones que regulen las condiciones, las dimensiones y la calidad de la misma (Correa Orozco, 2018).
Figura 2. Condiciones de atraso en la vivienda social en Latinoamérica.
Nota. Elaboración propia, 2020.
Como consecuencia de las condiciones económicas que prevalecen en América Latina, la vivienda social desarrollada en esta zona se encuentra muy lejos de satisfacer las necesidades de sus habitantes de una manera digna. Aún antes de la pandemia, ya el Banco Mundial había advertido acerca de las grandes desigualdades sociales manifestadas en la vivienda social de América Latina, afirmando que 7 de cada 10 familias en esta región habitan en viviendas que no cubren con las condiciones mínimas para la seguridad y la calidad de vida (Cortes, 2020). A estos datos se agrega que, de acuerdo al Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, el 25% de la población urbana mundial carece de acceso al agua potable, a espacios con dimensiones mínimas habitables y a viviendas realizadas con materiales de construcción sólidos y seguros (Cortes, 2020).
La ONU Hábitat (2019) establece 7 elementos como indicadores de una vivienda adecuada. Estos son:
Ante estas circunstancias, la vivienda requiere de una nueva mirada que responda, con un enfoque social y sustentable, al contexto de esta región del mundo. América Latina demanda propuestas de vivienda pertinentes que atiendan a sus lastimadas economías y fragmentaciones sociales, producto de la desigualdad y falta de cohesión del tejido social. Las ecoaldeas, de esta manera, se presentan como una posible respuesta para la problemática de la vivienda en Latinoamérica, dadas sus características:
Metodología
La metodología empleada consta de dos etapas:
1. Contrastaciones teóricas y empíricas entre el hábitat impulsado por el gobierno en entornos urbanos y las propuestas de ecoaldeas a desarrollarse en entornos rurales. Dicha comparación se apoya en el análisis cualitativo descriptivo de las características de dichos hábitats y de las ecoaldeas, considerando cuatro variables, a decir:
Estas variables, a su vez, son relacionadas con los 7 elementos indicadores de los hábitats adecuados según la ONU Hábitat (2019) para que dicha triangulación valide el análisis realizado. Estos son:
2. Análisis de casos prácticos de ecoaldeas apoyadas en las cuatro variables consideradas: económicas, ambientales, inclusivas y sociales; considerando tres ejemplos de ecoaldeas desarrolladas en Latinoamérica:
Desarrollo
I. Contrastaciones de los hábitats urbanos vs. Ecoaldeas
La distancia que separa a los hábitats en las ciudades con relación a las ecoaldeas se analiza con la consideración de variables económicas, ambientales, inclusivas y sociales que permiten la realización de una evaluación cualitativa para fundamentar la pertinencia de las ecoaldeas como respuesta a la necesidad de vivienda social en Latinoamérica.
La tabla 1 sintetiza las cualidades de cada una de las propuestas de solución de espacios habitables, valorando sus características esenciales, y las relaciona con los indicadores de hábitats adecuados propuestos por la ONU Hábitat.
Tabla 1. Tabla Comparativa del Hábitat Urbano y las Ecoaldeas.
Nota. Elaboración propia, 2020.
La primera variable para analizar es la económica, dentro de la cual es posible distinguir una relación directa con los indicadores establecidos por ONU Hábitat, tocantes con un hábitat adecuado tales como ubicación, asequibilidad, y disponibilidad de servicios.
Las variables económicas han sido analizadas en 5 rubros:
Podemos distinguir la desventaja de los hábitats urbanos por su ubicación en los entornos periféricos de las ciudades, dado su bajo costo. Esto tiene como consecuencia el hecho de que queda irremediablemente relegada a zonas marginales, expresada en la exclusión que caracteriza los espacios de la vivienda social. Sus manifestaciones básicas son la falta de servicios, infraestructura y condiciones de seguridad mínimas.
En el caso de las ecoaldeas, su ubicación en entornos rurales asegura que, a pesar de encontrarse alejada de los centros urbanos, propicia una autonomía derivada de actividades agrarias que representa una oportunidad de menor dependencia económica ligada a la dinámica urbana.
2. Costo del terreno
Este concepto se encuentra relacionado con el de asequibilidad expresado por la ONU Hábitat. Se pudiera reconocer que, dada su ubicación en zonas periféricas de la ciudad, presenta un menor costo de terreno comparado con las zonas de la ciudad más desarrolladas, pero que no significa por ello una adecuada calidad de vida.
En el caso contrario, las ecoaldeas pueden representar la conjunción de un bajo costo del terreno rural ligado a una alta calidad de vida, resultado de un modelo sostenible tanto económico como ambientalmente.
3. Subsistencia
La disponibilidad de servicios como indicador de ONU Hábitat se asocia a la subsistencia. En concordancia con el contexto urbano, el hábitat urbano se encuentra vinculado a un alto consumo mientras que, en contraste, las ecoaldeas ofrecen la oportunidad de una autonomía alimentaria y de bajo consumo.
4. Actividad económica
Ligada también a la disponibilidad de servicios, la actividad económica presente en el hábitat urbano por su ubicación en el contexto de la ciudad genera una dependencia de la actividad económica secundaria y terciaria, mientras que las ecoaldeas ofrecen la oportunidad de desarrollarse en el sector agrario, ligado con actividades agrícolas y ganaderas; así como el desarrollo de empresas con financiamiento local cuya finalidad sea servir a la comunidad.
5. Materiales de construcción
Manifestados dentro de los indicadores de asequibilidad de la ONU Hábitat, los materiales de construcción expresan una enorme distancia entre los hábitats urbanos y las ecoaldeas. Mientras que la vivienda de los hábitats urbanos se caracteriza por la utilización de materiales de alto costo y altos índices contaminantes, las ecoaldeas se orientan más por materiales económicos, no contaminantes o reciclables.
Figura 3. Construcción de ecoaldeas con tierra, material de construcción de bajo costo y no contaminante.
Nota. Elaboración propia, 2020.
La segunda variable a analizar es la ambiental, que se homologa con los indicadores de habitabilidad y ubicación señalados por la ONU Hábitat. Dentro de esta segunda variable, se destacan la relación con el medio ambiente y el contacto con la naturaleza, como subvariables.
En el hábitat ubicado en el espacio urbano o periurbano se presenta una relación de depredación de los recursos al interior de la urbe, lo que repercute en la habitabilidad. Contrario a este fenómeno, las ecoaldeas proponen una relación respetuosa de sus habitantes con los recursos y el medio ambiente.
2. Contacto con la naturaleza
El contacto con la naturaleza es una consecuencia de la ubicación y trasciende en la habitabilidad. Para el caso de la vivienda social, existe un nulo contacto con la naturaleza y una alta exposición a los entornos contaminantes propios de las ciudades. Las ecoaldeas ofrecen, dada su cercanía con los entornos rurales, la posibilidad de generar una mayor calidad de vida, resultado del estrecho contacto con las áreas verdes y espacios abiertos poco contaminados.
La tercera variable para analizar es la inclusión, misma que se encuentra relacionada con la seguridad de la tenencia y con la adecuación cultural, aspectos subrayados por la ONU Hábitat. Presenta como subvariables el tipo de propiedad y los valores de inclusión que se analizan en cada caso.
La promoción de la vivienda del hábitat urbano ha estado sujeta a la especulación por parte de inversionistas y desarrolladores, toda vez que, con el enfoque neoliberal, el gobierno cedió su papel a los sectores privados. Como consecuencia, la vivienda promueve la propiedad privada y fortalece a los sectores privilegiados representados por los inversionistas. Tal es el impacto de este rubro que la ONU Hábitat ha destacado la seguridad de la tenencia como uno de los 7 indicadores del hábitat adecuado.
Por el otro lado, las ecoaldeas pretenden fomentar la práctica de los comunes urbanos (Borch y Kornberger, 2016), en los que se diluye el concepto de propiedad y se fortalece la idea de un bien común.
El concepto de inclusión encuentra cercanía con la adecuación cultural de la ONU Hábitat, dado que en ambos se privilegia el sentido de pertenencia como un valor ligado al hábitat. En el hábitat, el sentido de inclusión se ve resquebrajado por la visión capacitista y excluyente de un entorno urbano diseñado para personas sin discapacidad, valoradas en función de su capacidad de producir beneficios económicos. En este sentido, también existe exclusión para los sectores menos favorecidos como la clase trabajadora, los migrantes, entre otros.
Las ecoaldeas, por el contrario, constituyen una forma de promover hábitats democráticamente, pero que también promueven la inclusión al fortalecer la interacción de sus habitantes, involucrándolos conjuntamente en la realización de actividades necesarias para cubrir las demandas colectivas.
Las decisiones en los hábitats urbanos son generalmente provenientes del gobierno o desarrolladores, por lo que se caracterizan por ser unilaterales negando la participación de sus habitantes. En el modelo de la ecoaldea, se privilegia la participación de la comunidad en un esquema de gobernanza, donde la inclusión se hace evidente en la toma de decisiones, respetando la autonomía y cultura de sus pobladores.
La cuarta variable está representada por lo social, que encuentra proximidades en los conceptos de ubicación y adecuación cultural de la ONU Hábitat. Asimismo, se puede clasificar en 2 subvariables que son el tipo de entorno promovido y la dinámica social.
El espacio en el que se desarrolla el hábitat urbano suele ser restringido y de baja calidad, caracterizado por el hacinamiento, y su inmersión en las dinámicas urbanas lo cataloga como insano. Por su parte, las ecoaldeas posibilitan la construcción de redes de apoyo que favorecen el intercambio y la inclusión.
2. Dinámica social
Asociada a la idea de adecuación cultural de ONU Hábitat, la dinámica social da cuenta de las formas de vida de los habitantes en un entorno, y la cercanía de estas con su cultura, arraigo y pertenencia. En la vivienda del hábitat urbano, ubicada generalmente en las periferias urbanas, existe una desintegración del tejido social debido a las dinámicas de las ciudades: procesos excluyentes manifestados en los servicios y la infraestructura, así como la falta de integración provocada por la relación indirecta entre el alto número de población y la calidad de relaciones generada entre ellas.
Contrastantemente, las ecoaldeas promueven una mayor convivencia social motivada por la baja densidad, ya que, producto de un menor número de pobladores la comunicación e integración se hace más estrecha.
II. Análisis de Ecoaldeas en Latinoamérica: México, Colombia y Argentina
Apoyada en las cuatro variables consideradas en el presente estudio, a decir: económicas, ambientales, inclusivas y sociales; se realiza un análisis de tres ejemplos de ecoaldeas desarrolladas en Latinoamérica con un fundamento de análisis de tipo empírico, resultado del trabajo de campo:
A. Ecoaldea Huehuecóyotl, ubicada en Tepoztlán, Morelos, México
Esta ecoaldea se funda en 1982 en el Estado de Morelos, México, en una localidad denominada Tepoztlán. A pesar de su reducido número de integrantes (aproximadamente 20 habitantes), es considerada una comunidad internacional. Esta ecoaldea pertenece a un movimiento cultural denominado Global Ecovillage Network, que lucha por privilegiar la energía verde, el cuidado por la naturaleza y el consumo de alimentos orgánicos (Eco Habitar, 2019). Su nombre significa viejo coyote, de alto significado mitológico y simbólico de la zona.
Figura 4. Ecoaldea Huehuecóyotl en México..
Nota. Tomada de:https://ecohabitar.org/huehuecoyotl-la-experiencia-de-viejo-coyote/
Esta ecoaldea, desde hace más de 20 años, ha creado una forma de vida que antepone el concepto de propiedad comunal al individual, donde tanto los bienes como las responsabilidades y los servicios constituyen un bien común: los alimentos, el espacio, las labores y la educación.
Su modo de vida se basa en la permacultura, que pretende integrar de una manera armónica a los habitantes con su entorno logrando satisfacer sus necesidades básicas como son: alimento, vivienda y recursos de una manera sostenible (Notimex, 2017).
Su consumo de agua está basado en la captación de escurrimientos de la montaña, y han incorporado técnicas de tratamiento para reciclar las aguas grises. Los cultivos se basan en un sistema de riego por goteo creado por sus pobladores. Sus edificaciones han utilizado técnicas de bioconstrucción buscando aprovechar y ahorrar el agua con cisternas y baños secos, el empleo de materiales de la región como la madera, el adobe y la piedra; y el empleo de calentadores solares y biodigestores para generar energía alternativa.
Los habitantes de esta aldea proponen modos de organización y toma de decisiones inclusivos, negando la existencia de un líder, buscando romper paradigmas de control y dominio. Las decisiones internas se toman por consenso, de manera que la opinión y el consentimiento de todos y cada uno de los miembros resulta fundamental para guiar el camino de la comunidad.
Gracias al reducido número de pobladores, la integración de la comunidad se ha facilitado, y la asignación de roles sociales permite establecer acuerdos sociales relacionados con la asignación de tareas y responsabilidades. De este modo, la comunidad cuenta con una amplia variedad de oficios y profesiones que van desde chamanes, psicoterapeutas, carpinteros, permacultores, artistas y ecoeducadores. Asimismo, han promovido la generación de cooperativas que integran también organizaciones de poblados vecinos.
B. Ecoaldea Aldeafeliz, ubicada en Cundinamarca, Colombia
El proyecto de esta ecoaldea nace en 2006, a través de una convocatoria abierta que invitaba a las personas a desarrollar una comunidad ecológica en las cercanías de Bogotá, Colombia. De este modo, tanto el nombre de la ecoaldea, así como su forma de organización, sus principios, acuerdos y su territorio fueron resultado de un consenso de sus pobladores. Finalmente, en el año 2009, se conforma Aldeafeliz; y 4 años más tarde se convierte en la primera comunidad autogobernada en Colombia (Aldeafeliz ecoaldea, 2022), con una población actual de aproximadamente 15 personas.
Figura 5. Ecoaldea Aldeafeliz, en Colombia.
Nota.Tomada de: https://aldeafeliz.org/uba-qynza/
La Aldeafeliz se ubica en la cuenca del río San Miguel, en una región considerada reserva forestal. Su ubicación es estratégica, por ser propicia para actividades de ganadería y agricultura, siendo apropiada para el cultivo de café, naranja, plátano, aguacate y guayaba; sobre todo por las condiciones de humedad, biodiversidad y temperatura cálida.
Su ubicación permite potencializar las actividades económicas primarias, específicamente la agricultura, actividad que es desarrollada por una persona denominada “cóndor” cuya presencia en la comunidad no tiene una forma de exclusividad, lo que provoca cierto grado de inestabilidad en la producción. Es por ello que esta comunidad también se apoya en una oferta turística, promoviendo cortas estancias de visitantes que les generan una derrama económica.
b. Análisis de variables ambientales
El cuidado ambiental por parte de esta ecoaldea se centra en la técnica de bioconstrucción para lo cual se emplean materiales de bajo impacto ambiental, por lo que su huella ecológica es baja (Muñoz-Villarreal, 2018).
Con la intención de optimizar los recursos, se fomenta la reutilización de aguas grises, las cuales son tratadas mediante procesos de fitopurificación; es decir, con la utilización de plantas acuáticas. Las aguas de lluvia son recolectadas y potabilizadas mediante procesos de solarización.
Sus viviendas cuentan con baños secos y los productos de limpieza son elaborados por los mismos habitantes, utilizando materia prima natural y evitando impactos ambientales. Esta comunidad aprovecha los residuos orgánicos para producir distintos tipos de compostaje, practicando con ello los principios de la permacultura.
c. Análisis de variables inclusivas
Aldeafeliz forma parte de la Red Global de Ecoaldeas, por lo que se apoya en alianzas con otras comunidades, así como con organizaciones internacionales en todo el mundo. Esto le da una concepción de comunidad internacional, donde todas las identidades son bienvenidas.
La toma de decisiones también representa un modelo de inclusión, dado que todos sus integrantes forman parte de lo que denominan inteligencia colectiva.
d. Análisis de variables sociales
Su organización está constituida por células temáticas que corresponden a sus necesidades (Muñoz-Villarreal, 2018), donde cada integrante desempeña una función específica. Su forma de organización es denominada sociocracia, lo que consiste en una auto-organización sustentada en una cultura sistémica.
C. Ecovilla Gaia, ubicada en Navarro, Provincia de Buenos Aires, Argentina
Esta comunidad surge en 1992, se ubica en Navarro, a más de 100 kilómetros de Buenos Aires, en una superficie de 20.3 hectáreas (Dioses, 2022).
Ecovilla Gaia se divide en 2 condominios denominados Amanecer y Primavera. El condominio Amanecer se compone de 35 parcelas, abarcando un terreno de 90,000m² (Asociación Gaia, 2017). Consiste en una pequeña aldea conformada por casas, un auditorio, un centro comunitario, áreas de lavado, así como hostales.
Figura 6. Ecovilla Galia, en Argentina.
Nota.Tomada de: https://aldeafeliz.org/uba-qynza/
Por su parte, el condominio Primavera posee parcelas denominadas chacras sustentables de 2,500 hasta 5,000m² que pueden ser utilizadas por sus pobladores como vivienda, espacios de ecoturismo, para producción hortícola o frutícola.
En esta comunidad se fomentan tanto las formas de producción individual o asociada. La base principal de su alimentación es la agricultura, que ellos mismos desarrollan, cultivando fruta, verdura y cereales (Dioses, 2022).
Esta comunidad también ha fundado la Universidad Internacional de Permacultura, que ofrece cursos y diplomados que buscan difundir la permacultura como una filosofía de vida orientada al desarrollo de una sociedad justa, solidaria, equitativa y respetuosa con el entorno.
Tienen como principio básico que todos sus productos de consumo sean orgánicos. De hecho, sus construcciones están realizadas bajo los principios del diseño bioclimático (con el empleo de sistemas pasivos) (Navarra, 2016), usando materiales alternativos, tales como adobe y paja; y al igual que las otras ecoaldeas recurren al uso de baños secos.
Asimismo, han instalado paneles solares y colectores termosolares para abastecer de energía a todos los pobladores; mientras que la energía no consumida es almacenada en baterías y utilizada posteriormente. Sus habitantes practican la permacultura, logrando con ello la autonomía alimentaria y el cuidado del planeta (Ecoosfera, 2018).
Dentro de la comunidad, se desarrollan actividades comunitarias que contribuyen a fortalecer los lazos y la inclusión. De este modo, la cocina y el comedor funcionan en comunidad, con ello reducen gastos y energía; consolidan así principios de solidaridad y respeto entre ellos y con el medio ambiente.
Dentro de esta ecovilla participan 22 familias organizadas en asambleas y comités que promueven la bioconstrucción y la permacultura, destacando los comités de construcción, de parques, huertas y frutales, cuidado de los bosques, etc. (Asociación Gaia, 2017).
Resultados
Los resultados muestran:
Por otro lado, las ecoaldeas:
Si bien, los ejemplos revisados de ecoaldeas en México, Colombia y Argentina apenas constituyen un esfuerzo incipiente de un modelo alternativo de desarrollo, permiten establecer principios sólidos para rediseñar los paradigmas sobre los que se ha desarrollado la vivienda social en Latinoamérica. Al respecto, es importante aclarar que no es intención de este trabajo el establecimiento de analogías entre las Ecoaldeas y los hábitats urbanos en su dimensión cuantitativa, pues se reconoce la gran distancia que existe entre el número de pobladores de ambos asentamientos humanos; pero sí revalorar en las comunidades de las ecoaldeas, sus bases y principios sostenibles para crear referentes en los espacios poblacionales como preceptos culturales, sociales y sostenibles.
Las ecoaldeas nos muestran que es posible desarrollarse y subsistir en un entorno amigable con el medio ambiente, revalorizando los espacios rurales y la conceptualización de propiedades y bienes comunitarios.
Conclusiones
Los resultados permiten delinear una visión en prospectiva del hábitat urbano sustentado en los principios de las ecoaldeas, que se enfoca en el cambio de paradigmas funcionales, de propiedad, de materiales, de dimensiones, etc.
El cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) Número 11 (Naciones Unidas, 2015), referente a Ciudades y Comunidades Sostenibles, que tiene como meta el año 2030, dependerá en gran medida de un cambio de paradigmas en el hábitat humano. Este objetivo señala entre sus metas:
Resulta indudable la cercanía de las propuestas desarrolladas en las ecoaldeas con las metas referidas en los ODS, manifestadas en el fortalecimiento de áreas rurales no urbanas, la promoción de valores locales, el enfoque sostenible e inclusivo como paradigmas y principios para alcanzar las metas fijadas para el año 2030 por la ONU.
Se concluye que estos principios pueden brindar una opción pertinente para disminuir las desventajas económicas, ambientales, inclusivas y sociales que presentan las propuestas actuales de hábitat urbanos en Latinoamérica, ofreciendo una alternativa al alcance del contexto de países menos desarrollados.
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