IDENTIFICACIÓN, UBICACIÓN Y CATEGORIZACIÓN DE
ESPACIOS COLECTIVOS QUE ROMPEN LA REGULARIDAD
DE UNA CUADRÍCULA URBANA: ANÁLISIS DE 25
MANZANAS DEL CENTRO HISTÓRICO DE CUENCA
IDENTIFICATION, LOCATION AND CATEGORIZATION
OF COLLECTIVE SPACES THAT BREAK AN URBAN
GRID’S REGULARITY: ANALYSIS OF 25 BLOCKS IN THE
HISTORIC CENTER OF CUENCA
Martín Durán-Hermida
Investigador Independiente
Ecuador
Arquitecto graduado en la Universidad del Azuay en 2014, Máster en Urbanismo graduado en la Universidad Politécnica de Catalunya en 2016 y actualmente candidato a PHD en el Programa de Doctorado de la Universidad de Girona. En la Escuela de Arquitectura de la Universidad del Azuay ha sido ayudante de investigación y cátedra (2018-2020) y ha impartido la asignatura optativa Cuenca 4D (2017-2019). Sus proyectos de grado, de maestría e investigaciones profesionales, abarcan el estudio de la forma urbana, así como la vivienda y el espacio colectivo.
martinduranh@hotmail.com
orcid.org/0000-0001-6276-5904
Fecha de recepción: 24 de junio, 2020. Aceptación: 22 de abril, 2021.
Resumen
El Centro Histórico de Cuenca, como todas las ciudades hispanoamericanas fundadas por los españoles, está configurado por una cuadrícula, un tejido urbano regular aparentemente repetitivo. Este artículo analiza 25 manzanas del Centro Histórico, identifica y ubica aquellos elementos que rompen la regularidad de esta cuadrícula, mediante un mapeo del área de estudio que diferencia el espacio privado del colectivo. Posteriormente, se busca en estos espacios, características espaciales comunes, que permitan categorizarlos. Finalmente, se describe la configuración espacial de cada categoría, tomando como base los elementos de delimitación del espacio -recinto, portal, aula- y sus posibles combinaciones. Se identifican así 27 ejemplos de espacios, agrupados en seis categorías; las cuales que pueden servir para analizar otros casos de estudio con distintos tejidos urbanos, escalas y diversidad espacial.
Palabras clave
Cuadrícula urbana, espacio colectivo, forma urbana, tejido urbano, diversidad espacial.
Abstract
The Historic Center of Cuenca, as every American city founded by the Spaniards, has been developed over an urban grid -an apparently repetitive regular urban fabric-. This article analyzed twenty-five blocks of the Historic Center, identified and located elements that break this grid regularity, through a mapping that distinguished the private form the collective spaces in the study area. Subsequently, it sought for common spatial characteristics in these spaces that allowed them to be categorized. Finally, the spatial configuration of each category was described, based on the space delimitation elements -recinto, portal, aula- and their possible combinations. As a result of this process, twenty-seven examples of spaces grouped into six categories were identified. These categories can be useful in order to analyze other case studies, with different urban tissues, scales and diversity.
Keywords
Urban grid, collective space, urban form, urban fabric, spatial diversity.
Introducción
En 1748, Giambattista Nolli, arquitecto italiano, dibuja un plano de Roma en el que pinta de negro todos aquellos espacios a los que un peatón común no puede ingresar y deja en blanco aquellos en los que puede circular. En su representación agrupa en una única capa a las plazas, mercados, iglesias, calles, vestíbulos y corredores (Navarro, Pérez & Hernández, 2019); es decir, mezcla todos los elementos de la ciudad, sin importar si fueran públicos o privados, con la voluntad de mostrar un tipo de espacio híbrido entre los dos. Dos siglos después, Manuel de Solà-Morales (1992) acuña el concepto de espacios colectivos en un artículo en el que enumera espacios de la ciudad de Barcelona en los que la barrera del dominio público o privado se desvanece. Según Solà-Morales (1992), un espacio puede ser “privado en su explotación económica, pero no tanto en cuanto al uso y el significado ciudadano” (p. 24); así como también, espacios evidentemente públicos “se convierten en colectivos por la apropiación que de ellos hacen distintos particulares libremente” (p. 25). Autores contemporáneos estudian la configuración de los espacios colectivos como generadores de ciudad, sus similitudes y particularidades en distintos puntos del planeta (Scheerlinck, 2013).
Este artículo explora la existencia de espacios colectivos que rompan la regularidad de un trazado urbano en cuadrícula como el del Centro Histórico de Cuenca. El artículo inicia con una puesta en contexto del área de estudio, seguida de una síntesis de la revisión bibliográfica sobre el concepto de espacio colectivo y sobre los procesos que las ciudades en cuadrícula han tenido respecto a la generación de espacios colectivos que rompan la regularidad de su trazado; posteriormente, se explica la metodología utilizada y los resultados obtenidos al aplicarla; finalmente se da paso a una sección de conclusiones.
Cuenca, que había pasado de ser un asentamiento cañari, a estar dominado por el imperio Inca, se funda por los españoles en 1557. Son pocas las edificaciones que se mantienen de épocas previas a la República y son, sobre todo religiosas, como la Catedral Vieja (1557), la Iglesia de Santo Domingo (1562), el Monasterio de las Conceptas (1599) y el Monasterio del Carmen de la Asunción (1682). Por su parte, la obra del alemán Juan Bautista Stiehle tiene peso también en la imagen de esta zona de la ciudad; se le atribuyen obras como San Alfonso (1874), la Escuela Central (1882) o la Catedral de la Inmaculada (1885). A inicios del siglo XX, se evidencia una gran influencia del renacimiento francés en las 25 manzanas estudiadas. Se construyeron viviendas y equipamientos, como la casa Ordóñez Jerves (1910), el primer edificio de la Universidad de Cuenca (1920) y el Banco del Azuay (1926), donde funcionan actualmente la Corte de Justicia y la Alcaldía, respectivamente. El movimiento moderno también tiene presencia en la zona con obras como el Palacio Municipal (1954) o el edificio de La Casa de la Cultura (1955) diseñados por Gilberto Gatto Sobral, de origen uruguayo. Desde entonces, se construyen pocas obras de gran escala en la zona, como el Banco del Austro (1984), y otras en las periferias del centro como el Banco Central del Ecuador (1985). Durante el siglo XXI, la actividad arquitectónica se centra en la readecuación e intervención en viviendas existentes, en la construcción de edificaciones en lotes pequeños y bajo una estricta normativa; y en la recuperación y rediseño de equipamientos y espacios públicos como el Mercado 10 de Agosto (2003), el Seminario San Luis (2014), la calle Santa Ana (2017), la plaza San Francisco (2020), entre otros.
En lo referente al tejido de esta zona de la ciudad, se constata que no ha variado desde la fundación española; sin embargo, se evidencia la acumulación de decisiones arquitectónicas, constructivas y culturales de distintas épocas que, manteniendo el tejido, incorporan los avances tecnológicos, los nuevos sistemas energéticos, las innovaciones en movilidad, las normativas y los planes. Es interesante descubrir que la cuadrícula como tejido urbano recibe adecuadamente transformaciones que rompen con su regularidad, y que, muchas de estas, crean espacios colectivos. Las preguntas que respondemos con este artículo son: ¿Dónde se encuentran estos espacios? ¿En qué categorías los podemos clasificar? ¿Cómo se configuran espacialmente?
Espacio colectivo
El plano de Roma de 1748 en el que Giambattista Nolli representa el interior de espacios de propiedad privada, pero de acceso público de idéntica forma que el espacio público, poniéndolos en un mismo nivel de importancia, pasó a la historia (Figura 1). Los investigadores valoran el rigor y técnica del plano, se han realizado estudios con tecnología actual para comprobar la precisión del histórico plano (Baiocchi & Lelo, 2014) o el gran conocimiento y comprensión del territorio, la historia, la arquitectura y la infraestructura de la ciudad (Sease, 2015). Para otros, además, fue pionero en cuanto a la idea de la existencia de un valioso espacio intermedio entre público y privado (Navarro, Pérez & Hernández, 2019; Scheerlinck, 2013).
Autores hablan del espacio colectivo como configurador de ciudad, con valor igual, y a veces mayor, al espacio puramente público; aludiendo que es el uso y la apropiación que se le da a un espacio más importante que su propiedad (Solà-Morales, 1992). Scheerlinck (2013), rescata las ideas de Solà-Morales; él y su grupo de investigación detectan espacios colectivos comerciales, residenciales y urbanos y estudian su comportamiento en diversas partes del mundo: La Habana, Addis Abeba, Casablanca y algunos barrios de Nueva York y Barcelona. Para su análisis, presentan sus casos de estudio en planta, y diferencian por colores aquellos con acceso público y los enteramente privados; siguiendo la metodología de Nolli, pero existe un cambio importante en sus dibujos. Se pueden distinguir manchas de un tercer color que indican zonas con mayor colectividad y líneas de un cuarto color, que delimitan ciertas zonas; se trata de las puertas que, en ciertas horas del día, se cierran. Este cambio permite dibujar un nuevo plano Nolli, que demuestra que el comportamiento de la ciudad en la noche cambia, muchos espacios colectivos se convierten en inaccesibles.
Espacios colectivos que rompen la regularidad en ciudades con cuadrículas
Wheeler (2015 en Hermida (2019)), propone que la definición de tejidos urbanos contempla 5 aspectos: la detección de patrones de vías y manzanas, la forma de lotización y uso del suelo, la ubicación, forma y escala de los edificios, la relación verde-construido y el diseño de la calle y los estacionamientos. Con estas consideraciones, estudia 24 ciudades e identifica 27 tipos de tejidos urbanos. A uno de los tejidos identificados en su publicación lo denomina urban grid (cuadrícula urbana), y la define como un tejido de manzanas cuadradas, de pequeña escala, con usos de suelo variados, que suelen ubicarse en las zonas centrales de las ciudades.
Los fundadores de las ciudades hispanoamericanas construyeron, desde 1513, sus ciudades haciendo uso de cuadrículas, conocidas también como dameros, por la efectividad, rapidez de expansión y el orden que impone dicho tejido (De Terán, 1989). Esto se evidenció en la expedición, en 1573, de la Ley de Indias, que buscaba fundar ciudades que se desarrollen bajo un mismo orden (Reps, 1965). Cuenca, como otras ciudades, aunque se funda antes de la aparición de la Ley de Indias, comparte las características básicas con el resto de asentamientos de la región: una plaza central que ocupa una manzana, rodeada de manzanas destinadas a las edificaciones de poder, construcción de iglesias acompañadas de plazas, entre otras. En su plano fundacional, se muestran 25 manzanas, de las cuales 18 ya están entregadas, con nombres y apellidos, a los colonizadores (Albornoz, 2008). Busquets (2009), estudia 30 ciudades en cuadrícula, y las categoriza según la forma de su lote y la tipología de sus construcciones; según esta clasificación, la manzana del damero de Cuenca tiene un lote tipo callejón (alley parcel) y se compone de casas patio (patio house).
Muchas otras ciudades han crecido a partir de una cuadrícula, ya sea por querer dominar un territorio y fundar una ciudad, o por expandir un asentamiento ya existente. Esto se debe a la capacidad de expansión infinita (Krauss, 1996) y la facilidad de distribución de tierras (Grant, 2001) que este tejido posee; además, se adapta a nuevos requerimientos y cambios en la ciudad (Busquets, 2013). En tejidos de este tipo, se han creado espacios colectivos de distintas formas y en distintas épocas. Tres ejemplos pueden darnos una idea clara de esto: Manhattan en Nueva York, El Ensanche en Barcelona y el Centro de Santiago de Chile. Además de la descripción de cada uno de los casos, se presenta un plano Nolli de un área del tejido urbano (Figura 2). Las tres ciudades tienen caracteres y escalas distintas, sin embargo, en lo que respecta al presente estudio, comparten el hecho de romper la rigidez de su tejido por medio de operaciones que resultan en espacios colectivos, por lo que es pertinente analizarlas.
El distrito de Manhattan, proyectado como una cuadrícula para expandir la ciudad existente en 1811, es conocido por su extrema regularidad y se compone de 12 avenidas y 155 calles, que forman casi dos mil manzanas y 200 mil lotes. Las ordenanzas hasta 1916 son muy básicas, pero a partir de ese año son más claras y precisas. Se divide la ciudad en zonas, en las que se establece básicamente la altura posible de la edificación y los usos admitidos. El hecho de que la normativa de la ciudad tenga relativamente pocas reglas, da paso a una velocidad y dinamismo de la edificación, debido a la cual se pudieron generar situaciones extremas como la que describe Richard Sennet (1997):
En sesenta años, por ejemplo, las grandes mansiones que se alineaban a lo largo de varios kilómetros en la Quinta Avenida, desde Greenwich Village hasta la parte alta de Central Park, fueron construidas, habitadas y destruidas para dejar espacio a edificios más elevados (p. 383).
En 1961, se inicia el programa denominado Espacios Públicos de Propiedad Privada, POPS (por sus siglas en inglés, Privately Owned Public Spaces). Los POPS son espacios de acceso público, creados y manejados por entidades privadas. Los desarrolladores inmobiliarios se encargan de entregar estos espacios a la ciudad a cambio de la posibilidad de construir más pisos y otras concesiones de parte de las autoridades. Esta operación solo se da en zonas en constante renovación y con alta densidad y aparecen indistintamente en las manzanas, de tamaños diversos, sin un patrón organizacional. Sin embargo, pueden ser clasificados según el tipo de espacio que crean: plazas, portales, galerías que atraviesan manzanas, vestíbulos, parques y ensanchamiento de aceras. En algunos puntos de la ciudad se generan redes de POPS, como, por ejemplo, un sistema de pasajes alineados que divide a seis manzanas desde la calle 51 a la 57 entre la sexta y séptima avenida (Kayden, 2000). Si bien algunos de los casi 600 POPS presentan problemas como la carencia de mobiliario o iluminación adecuada o la aparición de puertas y obstáculos (Németh, 2009); la mayoría funcionan y son una forma de crear espacios colectivos en una ciudad densa.
El Ensanche de Barcelona es un plan emblemático para esa ciudad y una obra urbanística reconocida mundialmente. Se trata de un plan que ocupa el territorio con una trama en cuadrícula, que tiene origen en 1859 y que ha sido estudiado hasta la actualidad. Es un plan pionero por la escala que maneja y debido a los estudios previos sobre urbanización, medidas y geometría recogidos por su creador Ildefonso Cerdà en la Teoría general de la urbanización (Cerdà, 1867). En 1987, empieza una campaña de recuperación de los patios internos de las manzanas del Ensanche. Con ello, se pretende recuperar el equilibrio entre el espacio construido y el libre, según lo propuesto por Cerdà. Estas operaciones se extienden por todo el ensanche y permiten que, dentro de una ciudad densa, aparezcan espacios libres. Estos espacios se diferencian por su nivel de permeabilidad, su forma de acceso (Franquesa, 2009), así como por su tamaño o su uso (Pazos, 2014). Los espacios más transitados son aquellos en los que se encuentran equipamientos públicos o desde los que se tiene acceso a comercios privados; es decir, en donde aparecen espacios colectivos. De igual manera, el Ensanche, más allá de en sus centros de manzana recuperados, está configurado por el espacio colectivo, pues sus plantas bajas están ocupadas por importantes tiendas o equipamientos privados con acceso público o aceras públicas tomadas por mesas de los restaurantes o bares privados.
Entre finales del siglo XIX y el año 1930, Santiago de Chile se densifica y se expande notablemente; a partir de entonces, el centro de la ciudad empieza a tener un cambio en su tejido urbano. La tipología de los edificios que ahí se construyen en esas fechas siguen un modelo de torres residenciales con gran permeabilidad comercial en sus plantas bajas (De Simone, 2012). Así, aparecen en muchas manzanas del centro, elementos que complementan la trama urbana, llamados pasajes interiores o galerías. Gracias a estos, la movilidad peatonal puede separarse del tránsito vehicular, al mismo tiempo que el comercio de las plantas bajas en las aceras se introduce a las manzanas. Los dueños de los distintos lotes, con el fin de crear una galería con un recorrido continuo, hacen coincidir los pasajes interiores; se crean así galerías con varias ramas que conectan distintas calles (Rosas, 1985). A pesar del origen privado de este proceso, su resultado es la creación de diversos espacios colectivos; a través de
la supresión del muro en el zócalo como elemento definidor del espacio privado, la conversión de este en perímetro contenedor de actividades públicas y la irrupción de la calle o pasaje al interior del predio o manzana como sistema alternativo y complementario a la trama de calles (Rosas, 1985, p. 83).
Figura 1. Fragmento del plano de Roma de 1748, dibujado por Giambattista Nolli
De Capdeferro, (2021, https://www.boschcapdeferro.com/es/en-proceso/atrio.html).
Figura 2. Plano Nolli de un área de 450x450 metros de: a. Manhattan, b.
Ensanche de Barcelona, c. Centro Histórico de Santiago de Chile
De Elaboración propia a partir de: a-b. Planos prediales de Nueva York y Barcelona (información
obtenida en Kayden, 2000 & Franquesa, 2009); c. Dibujo de Rosas, (1985, p. 29).
Metodología
Con el objetivo de identificar y ubicar los espacios colectivos en las 25 manzanas de estudio, y comprenderlos como un conjunto, se realiza un mapeo de la zona, con la metodología de Nolli (Figura 3). Se toma el plano predial de la ciudad como base y sobre él se dibujan los planos de los edificios con usos colectivos, encontrados en la Guía de Arquitectura de Cuenca elaborada por la Junta de Andalucía (2007), y las plazas, pasajes y portales se ubican y dibujan mediante la observación en las herramientas Google maps y Google street view.
Una segunda fase consiste en clasificar los espacios detectados en el plano Nolli, según sus características espaciales. Se utiliza la división de la arquitectura propuesta por Antonio Armesto (1993), en tres elementos que se diferencian por su forma de delimitar el espacio. Esta división propone que todo espacio se conforma con recintos, portales y aulas. El recinto es un espacio cerrado en sus planos verticales y descubierto en el plano horizontal. Por el contrario, el portal tiene un límite en el plano horizontal y es abierto en sus planos verticales. El aula, por otro lado, se limita por todos sus lados.
Por lo tanto, se detectan en el plano Nolli de Cuenca, conjuntos de espacios en los que la relación de los tres espacios propuestos por Armesto es similar o la misma. A estos conjuntos se los ubica en el plano y se describe su espacialidad.
Las categorías de espacios son: edificaciones con patio, edificaciones sin patio, pasajes abiertos, pasajes cubiertos, plazas y portales (Figura 4).
Espacio colectivo en el Centro Histórico de Cuenca
Un tejido urbano que, desde una vista de sus cubiertas, se muestra como regular y rectilíneo, como la cuadrícula del Centro Histórico de Cuenca, al ser analizado según sus espacios colectivos en planta baja, devela nuevas posibilidades de recorridos y espacios. Así, además de los pasajes abiertos y las plazas, surgen otros espacios que rompen con la regularidad de una cuadrícula, menos evidentes. Edificios de usos administrativos, religiosos, culturales y turísticos; privados o públicos, pero con acceso público, se ubican mayoritariamente en las esquinas de las manzanas.
Figura 3. Plano Nolli del área de estudio en Cuenca - 1. Iglesia Santo Domingo. - 2. Plaza Santo Domingo. - 3. Centro comercial El Joyero. - 4. Centro comercial Gran Pasaje. - 5. Escuela Central. - 6. Pasaje Hortensia Mata. - 7. Iglesia San Alfonso. - 8. Plaza Pedro Touloup. - 9. Seminario San Luis. - 10. Calle Santa Ana. - 11. Catedral Nueva. - 12. Parque Calderón. - 13. Catedral Vieja. - 14. Alcaldía. - 15. Plaza San Francisco. - 16. Iglesia del Carmen. - 17. Plaza de las flores. - 18. Salón del Pueblo. - 19. Municipio. - 20. Corte de Justicia. - 21. Teatro Sucre. - 22. Casa de la Cultura Ecuatoriana. - 23. Parque de la UNE. - 24. Pasaje León. - 25. Iglesia San Francisco. - 26. Casa de las Palomas. - 27. Museo de las Conceptas
Figura 4. Clasificación de espacios: a. Edificios con patio. b. Edificios sin patio. c. Pasajes abiertos. d.
Pasajes cubiertos. e. Plazas. d. Portales en las aceras
Edificaciones con patio
Encontramos seis ejemplos de edificaciones con patio cuyas plantas bajas son de acceso público. Estos son: el Museo de las Conceptas (1599), el Salón del Pueblo (1682), la casa de las Palomas (inicios del siglo XIX), el Seminario San Luis (1813), la Escuela Central (1882) y la Corte de Justicia (1929).
Los ejemplos de esta categoría son los que mayor combinación de recintos, portales y patios, presentan. En todos los casos, la acera pública se adentra hacia el edificio, hasta llegar al patio de libre uso (recinto); este espacio siempre está rodeado de pasillos con portales, que llevan a espacios tipo aula, normalmente accesibles: oficinas de atención, locales comerciales, restaurantes, salas de exposiciones, dependiendo el caso (Figura 5).
Además, los ejemplos de edificaciones con patio tienen diversos usos y, en algunos casos, un mismo ejemplo puede tener dos usos. Edificios con funciones administrativas son la Casa de las Palomas, la Corte de Justicia, la Escuela Central; en este último se dan también eventos culturales, por lo que su patio aglomera gente frecuentemente. Tanto el Museo de las Conceptas como el Salón del Pueblo tienen usos culturales y se ubican dentro de edificaciones religiosas, ocupando una esquina de las mismas; las salas de exposiciones y demás espacios, se ubican en torno a patios. El Seminario San Luis alberga locales comerciales y salas culturales, y tiene un alto atractivo turístico, al igual que, en diferentes grados, todos los ejemplos de edificaciones con patio.
Figura 5. Corte de Justicia
La acera penetra la manzana hasta llegar al patio. Espacios tipo portal rodean al patio y a través de ellos se
acceden a espacios tipo aula. En la acera, ensanchada, se ubican bancas públicas pegadas a la edificación.
Izquierda: De Elaboración propia (sobre una imagen de Google street view). Derecha: De Elaboración propia (sobre una imagen recuperada de: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/0f/Cuenca_Ecuador_Corte_sup_Just_04.jpg.).
Edificaciones sin patio
Esta categoría es la que mayor cantidad de ejemplos tiene, y sus usos, a diferencia de las edificaciones con patio, se dividen de forma específica. En este sentido, existen edificios administrativos (Alcaldía (1922) y Municipio (1954)), culturales (Teatro Sucre (1929) y Casa de la Cultura (1955)), o religiosos (Catedral Vieja (1567), Santo Domingo (1562), Catedral Nueva (1885), Iglesia del Carmen (1682), San Alfonso (1874) y San Francisco (1930)).
A diferencia de las edificaciones con patio, en estos ejemplos la acera no lleva a un recinto; sino a una sucesión de aulas con distinto grado de privacidad, organizadas, dependiendo del caso, de forma ramificada o lineal.
En el caso del Municipio, la Alcaldía y la Casa de la Cultura, la organización espacial es ramificada. Esto significa que hay un espacio principal tipo aula que conecta, en distintas direcciones, mediante pasillos, y en distintos niveles, mediante escaleras y elevadores, con otras aulas, de distinto grado de accesibilidad (Figura 6).
Por su parte, las seis iglesias tienen una organización espacial lineal. La acera tiene relación directa con un espacio tipo aula de escala menor (el nártex); este lleva a un aula de gran escala, que contiene dos tipos de espacio: uno accesible, las naves de la iglesia; y otro, al fondo, de índole privado, el coro, el altar mayor, el presbiterio (Figura 7).
El caso del ingreso al Teatro Sucre es particular, pues se llega desde la acera hasta un pequeño vestíbulo, a través de un espacio tipo recinto, con proporción alargada, semejante a un pasaje abierto. A partir de aquí, la configuración espacial es igual a la de las iglesias: un espacio aula de pequeña escala, o vestíbulo, que lleva a un aula de gran escala; que contiene un espacio accesible, graderíos; y al fondo, uno de menor accesibilidad, el escenario.
Figura 6. Edificio de la Alcaldía.
La acera, mediante escaleras, ingresa al edificio que consiste en una sucesión de aulas que inicia en el vestíbulo
Izquierda: De Elaboración propia (sobre una imagen de Google street view).
Figura 7. Catedral Nueva.
La acera se adentra en el edificio, ingresando a través un espacio tipo aula pequeño (nártex),
que conecta un aula de gran escala (naves). En la acera, el peatón se apropia de las escaleras de acceso y de los portales
Izquierda: De Elaboración propia (sobre una imagen de Google street view). Derecha: De Elaboración propia (sobre una imagen recuperada de: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/3e/Cuenca_Ecuador_Catedral_Nueva_01.jpg).
Pasajes abiertos
Los pasajes abiertos se crean cuando la acera penetra la manzana, y la corta en dos; lo que forma un recinto limitado por las fachadas laterales o posteriores de las edificaciones aledañas. En las 25 manzanas de estudio existen dos pasajes abiertos: la calle Santa Ana y la plaza Pedro Touloup. Encontramos algunas características particulares en cada uno de los casos.
La calle Santa Ana se cierra en la noche, no posee área verde y no tiene un espacio de estancia. Su uso principal es la conexión y recorrido, pues conecta dos calles y también sirve de acceso lateral al patio del Seminario San Luis.
La plaza Pedro Touloup está permanentemente abierta, posee mobiliario y elementos vegetales que lo hacen ser un espacio de estancia. Colinda con las fachadas posteriores de la pastoral de la iglesia San Alfonso, de los hoteles Conquistador y Presidente y las oficinas del IESS. El ingreso por el Este es un portal de una altura equivalente a dos pisos (Figura 8).
Figura 8. Ingreso a la plaza Pedro Touloup, que conecta las calles Presidente Borrero y Hermano Miguel
La acera se introduce en la manzana, lo que permite a las edificaciones tener una fachada adicional a la que da frente a la calle.
De Elaboración propia (sobre una imagen de Google street view).
Pasajes Cubiertos
Los pasajes cubiertos no solo se diferencian de los pasajes abiertos por estar limitados en el plano horizontal, sino que también su uso y espacialidad son distintas. El uso de estos espacios es comercial y, en el caso del Pasaje León, administrativo. En cuanto a su espacialidad, los pasajes cubiertos son espacios tipo aula alargados que conectan con otras aulas (oficinas, locales comerciales y baños).
El Centro Comercial El Joyero, y el pasaje Hortensia Mata, tienen forma de L y conectan dos calles a través de la manzana. El pasaje León y el Centro Comercial Gran Pasaje son lineales y no cortan las manzanas. En estos espacios, la acera penetra la manzana y, en ciertos casos, los productos de venta, además de ubicarse dentro de los locales y en la circulación del pasaje, se exhiben en el espacio público, la acera (Figura 9).
Figura 9. Izquierda: Centro comercial El Joyero. Derecha: Pasaje Hortensia Mata
La acera penetra en el espacio privado y los productos de los comercios se exponen, en ciertos casos, en la acera pública
Izquierda: De Elaboración propia (sobre una imagen de Google street view). Derecha: Elaboración propia (sobre una imagen recuperada de: https://web.facebook.com/ExpopasajeHortenciamata/?hc_ref=ARSh-7Druc4C8iZeQpXCidz_B_gOlqPkqBnv_Fw3TQAXGtM_0T0-KFLDrMAkIu1ZZvg&ref=nf_target&__tn__=kC-R).
Plaza
El aspecto sustancial del recinto es delimitar un territorio únicamente en el plano horizontal; es decir, sin cubrirlo. La forma en la que se realice esta delimitación del espacio es un aspecto secundario (Armesto, 1993); no es imperativo que existan paredes. Por lo tanto, una plaza es un recinto limitado mediante elementos macizos como paredes de edificaciones, por elementos pequeños como jardineras o bancas, o por elementos más sutiles como cambios de material o nivel en la acera.
Todas las plazas ubicadas en el área de estudio, a excepción del parque de la UNE, se ubican al lado de iglesias. El Parque Calderón se ubica junto a las dos catedrales y ocupa una manzana entera; el resto de plazas son esquineras. La plaza junto a la iglesia de San Alfonso tiene una escala menor; podría considerarse un ensanchamiento de acera.
La configuración espacial del Parque Calderón es distinta a la de las otras plazas, pues las jardineras de este parque, junto al mobiliario, generan nuevos recintos e incluso podemos encontrar un espacio tipo portal, la glorieta de la calle Bolívar. Esta situación va de la mano con la idea de Armesto (1993): “Es pensable construir recintos dentro de otros recintos en número indefinido” (p. 62).
Las plazas dotan al Centro Histórico de elementos vegetales (Santo Domingo, Parque Calderón, Plaza de las Flores, parque de la UNE), permiten la aglomeración de gente y, en algunos casos, son escenario de comercio, tanto organizado (San Francisco, Plaza de las Flores) como ambulante, de artesanías, flores y comida (Figura 10). Junto a los portales y el pasaje abierto Pedro Touloup, las plazas son los únicos espacios que no tienen un límite físico durante la noche.
Figura 10. Plaza de las flores
Limitada por la Iglesia del Carmen y la Catedral Nueva.
En ella se ubican puestos de venta de flores y elementos vegetales
De Elaboración propia (sobre una imagen de Google street view).
Portales
Estos espacios acompañan algunas aceras del área de estudio o se encuentran, como ya se explicó, en las edificaciones con patio, rodeando el recinto. En el segundo caso, al ser completamente públicos, son espacios que no tienen barreras físicas que impidan su uso durante la noche. Las Leyes de Indias dictaminan que todos los edificios alrededor del parque central tendrían portales en la planta baja (De Terán, 1989); por lo tanto, algunos ejemplos de otras categorías presentan este tipo de espacio. La Catedral Nueva o el Municipio (edificaciones sin patio), el Seminario San Luis (edificación con patio), o el pasaje Hortensia Mata (pasaje cubierto), tienen portales en su planta baja, sobre la acera pública.
En este tipo de espacios se da una transición entre espacios interiores tipo aula -comercios, viviendas, iglesias- y espacios exteriores, algunos tipo recinto -plazas, parques-.
La riqueza espacial del portal, se da cuando hay actividad comercial, como la exposición de productos de los locales o cuando quioscos de artesanías, comida o lustrabotas, ocupan el espacio debajo de los arcos, entre las columnas (Figura 11). Este es el caso de los portales alrededor del Parque Calderón y la plaza San Francisco. Otra función importante del portal es la protección contra las condiciones ambientales. En el caso de los portales ubicados en la calle Presidente Córdova, en la manzana aledaña a la plaza San Francisco, la gente espera al transporte público debajo de los portales, protegidos del sol o la lluvia.
Figura 11. Portales en la calle Luis Cordero
Vendedores ambulantes se apropian del espacio público ubicándose entre las columnas de los portales
De Elaboración propia (sobre una imagen de Google street view).
Conclusiones
Resulta interesante que los 27 ejemplos encontrados en las 25 manzanas del área de estudio puedan configurarse por tres tipos de espacio y clasificarse en seis categorías; que podrían servir para analizar áreas de estudio de mayor escala o con mayor número de ejemplos.
Kevin Lynch (1998), al hablar de los elementos que crean la imagen de una ciudad en sus habitantes, habla de elementos grandes y reconocidos, a los que denomina hitos; y, por otro lado, también hace una reflexión sobre elementos laberínticos, de sorpresa, que hacen acogedora a la ciudad. En este artículo se han identificado espacios de las dos escalas, con configuraciones espaciales distintas, que resumen la aparición de espacios colectivos en dos situaciones. La primera es el acceso público a edificios privados, que extiende la acera hacia el interior de la manzana; y la segunda, la apropiación privada del espacio público que genera intercambio e interacción entre los peatones.
Muchos de los espacios analizados funcionan solo en el día y en días laborables, por lo tanto, es pertinente continuar una investigación para determinar qué sucede en la noche o en un fin de semana, cuando estos cierran (Figura 12).
Este estudio enfoca el análisis de los espacios colectivos con un acercamiento a la configuración espacial. Este análisis se puede profundizar al estudiar la relación del espacio construido con el comportamiento humano, percepción de seguridad o el nivel de apropiación del espacio. Además, es pertinente investigar, además, cuál es el origen de estos espacios en Cuenca; así como se sabe que los Privately Owned Public Spaces en Nueva York o las galerías de Santiago se dan por procesos de políticas inmobiliarias e intereses comerciales, y los centros de manzana de Barcelona por políticas de recuperación urbana. También se abre la posibilidad de identificar espacios colectivos en zonas de la ciudad con otros tejidos urbanos y sus diferencias con los del Centro Histórico.
Figura 12. Plano Nolli del área de estudio en Cuenca en el día (izquierda) y en la noche (derecha)
Referencias
Albornoz, B. (2008). Planos e imágenes de Cuenca. I. Municipalidad de Cuenca. Monsalve-Moreno.
Armesto, A. (1993). El Aula sincrónica: un ensayo sobre el análisis en arquitectura (Tesis Doctoral, Universitat Politècnica de Catalunya (UPC)).
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