HERRAMIENTAS DE VALORACIÓN Y DOCUMENTACIÓN

DE LA ARQUITECTURA MODERNA EN RELACIÓN AL

CONTEXTO CONSTRUIDO


VALUATION TOOLS AND DOCUMENTATION OF

MODERN ARCHITECTURE IN RELATION TO

THE BUILT CONTEXT




María Paula Auquilla Pulla

Investigadora independiente

Ecuador


Arquitecta de la Universidad del Azuay (2019). Auxiliar de restauración Iglesia de Todos Santos. Residente y dibujante en el condominio "Rocas de Misicata" y "Modular". Asistió al Congreso Hábitat II, Quito 2016 y Congreso CIVITIC, Cuenca 2017. Primera mención concurso de fotografía y bocetos Brasil de la Universidad el Azuay. Ponente y asistente congreso Modernidad: Nuevas miradas al patrimonio ecuatoriano.


mauquillapulla@hotmail.com




Iván Paúl Sinchi Toral

Universidad del Azuay

Ecuador


Docente ocasional en la Facultad de Diseño, Arquitectura y Arte de la Universidad del Azuay. Máster en Proyectos Arquitectónicos por la Universidad de Cuenca. Ha publicado en Revista Trama (2012), N.114, 31-37; Revista Trama (2017), N.143, 74-77; Revista ESTOA (2012), N.2, 44-59; y Libro de ganadores de la XX Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito (2016), 114-117


ivansinchit@gmail.com





Fecha de recepción: 06 de marzo, 2020. Aceptación: 07 de abril, 2020.












Resumen


Cuando el Movimiento Moderno llegó a Latinoamérica en los años 40, la comprensión de sus atributos universales propició, en muchos casos, una adaptación al contexto y el desarrollo de características locales. Cuenca, Ecuador, no fue la excepción. Durante la década de los 60, el arquitecto uruguayo Gilberto Gatto Sobral diseñó dos edificios institucionales en el Centro Histórico: la Casa de la Cultura y el Palacio Municipal. Sin embargo, al pasar de los años la calidad de la obra moderna del siglo XX comenzó a decaer, lo cual llevo a que sea poco reconocida y estudiada. A sabiendas que la valoración patrimonial de un inmueble requiere un análisis sobre componentes estéticos, históricos, sociales, etc.; la presente investigación propone un aporte, si bien leve, al valor estético desde un punto de vista arquitectónico y su relación con el entorno construido. Surge, de este modo, la pregunta ¿son la Casa de Cultura y el Palacio Municipal obras modernas? una respuesta implicó el análisis de casos de estudio del siglo XX, sobre las connotaciones de la implantación de obras modernas en contextos históricos; así como la revisión de las herramientas existentes de valoración del INPC (Instituto nacional de patrimonio cultural) y el Docomomo (Documentación y conservación de la arquitectura y urbanismo del Movimiento Moderno). Es así que, se propone una ficha de documentación y valoración que reúne nociones de catalogación, clasificación y, de hecho, valoración en relación al contexto, del Palacio Municipal y la Casa de la Cultura. Aunque los orígenes de esta ficha se originan en estas dos obras, pueden ampliarse a un espectro mayor de proyectos de Gilberto Gatto Sobral, e incluso trascenderlos; al dirigirse hacia la inserción de obras modernas en centros históricos y, en general, a manzanas consolidadas de primeros ensanches urbanos.


Palabras clave


Catalogación, clasificación, ficha, movimiento moderno, patrimonio edificado, valor patrimonial.






Abstract


When the Modern Movement reached Latin America in the 1940s, the understanding of its universal attributes encouraged, in many cases, an adaptation to the context and the development of local characteristics. Cuenca, Ecuador, was not an exception. During the 1960s, the Uruguayan architect, Gilberto Gatto Sobral, designed two institutional buildings in the historic center: The Casa de la Cultura and the Palacio Municipal. However, as the years went by, the quality of modern 20th century work began to decline, which resulted in its little recognized and studied style. Knowing that the patrimonial valuation of a building requires an analysis on aesthetic, historical, social components, etc.; the present investigation proposes a little contribution to the aesthetic value from an architectural point of view and its relation with the built environment. In this way, a question arises: are the Casa de Cultura and the Palacio Municipal modern buildings? One answer involves the analysis of case studies from the 20th century, on the connotations of the implementation of modern builds in historical contexts; as well as the review of the existing tools of valuation of the INPC (National Institute of Cultural Heritage) and the Docomomo (Documentation and Conservation of Architecture and Urbanism of the Modern Movement). Thus, a documentation and assessment form is proposed which brings together notions of cataloguing, classification and, in fact, assessment in relation to the context, of the Palacio Municipal and the Casa de la Cultura. Although the origins of this form are based on these two buildings, they can be extended to a wider spectrum of projects by Gilberto Gatto Sobral, and even transcend them, by moving towards the insertion of modern architectural projects in historical centres and, in general, to consolidated blocks of first urban expansions.


Keywords

Cataloging, classification, form, Modern Movement, built heritage, heritage value.




Introducción


Surgiendo a principios del siglo XX y expandiéndose por Europa durante el período de entreguerras, el Movimiento Moderno es un término figurativo que describe una arquitectura elemental en respuesta a la razón, la civilización de la máquina y la innovación de los materiales industriales (Piñón, 2002). Después de su rápida difusión por Europa el término llegó a América de la mano de arquitectos que abandonaron el continente debido a la Segunda Guerra Mundial, al traer consigo un conjunto de principios que se proyectaron en todas las escalas. Del mismo modo, el Movimiento Moderno influyó en la arquitectura latinoamericana, a partir de los años 30 y 40, fusionándose debido a su universalidad con la arquitectura del lugar. Tal como lo describe Gutiérrez (2012), el Movimiento Moderno latinoamericano, tiene sensibilidad con el espacio y su principal interés es el lugar en donde se ubica.

En Cuenca, el Movimiento Moderno, se destacó a nivel de dos edificios institucionales: la Casa de la Cultura y el Palacio Municipal; así como el Plan regulador de Cuenca de 1949, proyectos realizados a manos del arquitecto Gilberto Gatto Sobral. A pesar de que esta arquitectura forma parte de la historia de Cuenca, no es valorada en el contexto. El desinterés respecto a estas edificaciones se debe a la falta de conocimiento de la sociedad respecto de la importancia histórica del Movimiento Moderno y por extensión de la arquitectura del siglo XX (UNESCO, 1999).

Es por esto que, en este proyecto, se analizarán y desarrollarán herramientas para la documentación y valoración de edificaciones, bajo la perspectiva de la inserción de obras modernas sobre contextos urbanos. A sabiendas de que los bienes inmuebles patrimoniales arquitectónicos deben regirse a tres valores: social, histórico y estético / arquitectónico y, en conciencia de la amplitud del tema, la investigación profundizará sobre lo estrictamente arquitectónico o estético. Se asumirán así tres escalas fundamentales: urbana, arquitectónica y del detalle; las cuales derivarán en esquemas visuales de relación que, se dirigirán a reconocer las características estéticas de los edificios y así levemente contribuir al legado patrimonial de la ciudad.



Materiales / Métodos


Para el presente proyecto se realizará un estudio de manera cualitativa que iniciará con un análisis sobre el Movimiento Moderno en Latinoamérica y su influencia en la ciudad de Cuenca para comprender aspectos relacionados con su origen, evolución, características y otras determinantes, para así partir con el análisis de edificaciones del siglo XX que cumplan con la inserción en contextos históricos (Auquilla, 2019).

Además, se procederá a la investigación documental de las fichas y referencias documentales que se dirijan al análisis de bienes arquitectónicos modernos y que aporten con insumos para la documentación y valoración de una edificación desde lo arquitectónico, lo que permitirá “contar con las variables necesarias para elaborar una ficha que logre catalogar y proteger a la arquitectura patrimonial; logrando, de esta manera, posicionar y ampliar el conocimiento de la sociedad sobre la importancia de estos bienes” (Muñoz, 2012). Por lo tanto, se han escogido tres formas de documentación de la modernidad: primero, la desarrollada por Cristina Gastón y Teresa Rovira El proyecto moderno: pautas de investigación (2007) que documenta obras del Movimiento Moderno con un enfoque para el desarrollo de investigaciones de maestría. La segunda perteneciente a la fundación de Documentación y conservación de la arquitectura y el urbanismo del Movimiento Moderno (Docomomo, 2003) que se dirige hacia un enfoque más centrado en la divulgación y protección del patrimonio moderno. Y, la tercera, utilizada por el “Instituto Nacional de Patrimonio Cultural” (INPC, 2011), entidad ecuatoriana que, si bien reconoce a la arquitectura moderna como valorable, su documentación es genérica y se enfoca a cualquier tipo de arquitectura (Auquilla, 2019). Respecto a la valoración, el estado de las herramientas de valoración actual es múltiple, sin embargo, existen muy pocos que se establezcan en el movimiento moderno y la mayoría solo llega a la documentación. Partiendo de este análisis se escogieron tres herramientas que valoran las características modernas: primero, de la Universidad de San Buenaventura de Cali, tenemos la “Valoración Arquitectura de Cali” (2009) que se desarrolla desde una observación de bienes en general y sin exclusividad a un periodo de tiempo; segundo, del INPC (2011) que apunta a condiciones específicas de los diferentes tipos de arquitectura; y por último, la valoración de obras de Docomomo (2003) que se enfoca solo en el Movimiento Moderno (Auquilla, 2019). Finalmente será, entonces, dar con una ficha en apoyo para la validación patrimonial y reconocimiento histórico y social, de las obras institucionales del Movimiento Moderno en el Ecuador que se insertan en un contexto urbano consolidado.



Edificios del siglo XX y su inserción en la ciudad histórica


Preguntarse si el Palacio Municipal y la Casa de la Cultura son edificios modernos o no y, parafraseando a Helio Piñón, no es una cuestión teórica, sino una preocupación estrictamente personal: el problema relevante sería conocer de qué manera los dos proyectos se relacionan con los criterios formales de la modernidad, que es el ámbito estético en el que se procura desarrollar esta investigación (Helio Piñón, 2012). A lo que a esta premisa puede sumarse es que, al ser obras que se insertan el Centro Histórico de Cuenca, valoran el problema de inserción en un lugar de gran complejidad, al ser las manzanas de mayor jerarquía de la traza fundacional de la ciudad. Desde esta perspectiva, se puede decir que, desde un punto de vista de la forma moderna, la arquitectura del siglo XX tiende a asumir el entorno histórico de dos maneras: como un problema de forma o como un problema figurativo. A continuación, se presentan cuatro obras del siglo XX que insertadas en contextos urbanos de carácter histórico o, al menos consolidados, actúan de manera distinta respecto a cómo responder a las preexistencias, y cuáles son las cualidades que los caracterizan.



Arne Jacobsen, Edificio Jespersen & Son, Copenhague, Dinamarca, 1955


Un volumen construido en relación al lugar


El edificio de oficinas, se ubica en el centro de Copenhague, en una zona de manzanas consolidadas cerca de la ciudad histórica, en un área urbana correspondiente a la primera expansión de la ciudad. Esta edificación de volumetría rectangular se inserta en el terreno, manteniendo su planta baja libre, porque la normativa exigía que se mantenga el acceso a los parqueaderos que se ubican dentro de la manzana. El edificio Jespersen & Son se resuelve, bajo sus criterios internos y contrasta así con los edificios vecinos, sin dejar de lado la escala y la serie de conexiones peatonales y vehiculares existentes. No obstante, el edificio se inserta en el lugar de dos maneras; como un bloque elevado de vidrio (oficinas) y como un bloque sólido asentado en el piso (circulaciones y servicios).



Figura 1. Oficinas Jespersen.



Fuente: Guzhñay, (2012, p. 22).



Figura 2. Plantas Oficinas Jespersen.



Fuente: Google Maps, (2019).



No obstante, su forma resultante es la de un edificio entre medianeras que flota sobre el piso: el bloque asentado, aunque pertenece funcionalmente a él, procura ser parte de los edificios medianeros. Esta decisión cuya visualidad aspira a ser la de un edificio único, se denominará como “volumen unitario” en relación al lugar.



Figura 3. Oficinas Jespersen.



Fuente: Soraguren, (2014).



Mario Roberto Álvarez, Edificio SOMISA, Buenos Aires, Argentina, 1966-1977


Varios volúmenes construidos en relación al lugar


Ubicado en Buenos Aires, el edificio SOMISA se emplaza en la diagonal sur del microcentro de la ciudad, cuya traza reproduce el modelo urbano de París, al fragmentar el damero en manzanas triangulares. La complejidad geométrica del sitio, se resuelve desde una implantación simétrica de los núcleos de circulaciones verticales que dividen la planta del edificio en dos edificios menores, uno libre emplazado en la esquina y uno adosado a las medianeras. Lo visual se impone a lo material, de dos maneras y para diferenciar cada edificio: mediante una estructura portante delante de la fachada y una estructura portante detrás de la fachada. Ahora bien, en el edificio de la estructura externa, la planta baja retranquea el vidrio del resto de fachadas, liberando la visión del peatón, quien al caminar por la acera atraviesa la vista hacia el otro lado de la calle. Mientras en el edificio con la estructura interna, la planta baja, aunque también de vidrio, se proyecta como una continuación de la fachada del resto de plantas obstaculizando la visión a través de ella. El contraste entre fachadas y la relación de dos edificios en uno, finalmente se resuelve desde las propias condiciones funcionales y constructivas del proyecto y sin la necesidad de reproducir figurativamente las fachadas preexistentes (Trabucco, 2007). En efecto, esta división del edificio en varios edificios, se denominará “dos volúmenes articulados” en relación al lugar.



Figura 4. Edificio SOMISA.



Fuente: MRA+A, (1977)



Figura 5. Plantas Edificio SOMISA


Fuente:Zanni, (2019)



Figura 6. Edificio SOMISA y su contexto



Fuente: Google Maps, (2019)



Josep María Fargas y Enrique Tous, Edificio para Banca Catalana, Barcelona, 1964-1968


Desconstrucción de fachada en relación al lugar



El edificio de la sede de la Banca Catalana se ubica en una zona del ensanche barcelonés, en un terreno medianero sin interrumpir la línea de fachada de los edificios que consolidan la manzana; excepto por la interrupción en planta baja, resultado de retranquear seis metros la posición de las puertas de ingreso al banco, que rompe la alineación de fachadas del edificio. Se opta por un muro cortina de marcos de acero, vidrio y paneles de poliéster, que intensifica la presencia visual del volumen elevado y se resuelve desde una alternancia en tresbolillo entre los paneles de vidrio y poliéster. Según Cristina Gastón, es probable que esta falta de unidad de la fachada respecto del resto del proyecto se deba a la crítica local de los años 60, a favor del “nuevo realismo”. Un movimiento posmoderno que desde un sutil juego de geometrías principalmente en fachadas, facilitaba la identificación del común de la gente con el edificio (Gastón, 2013). En consecuencia, la separación del cerramiento respecto de la unidad del edificio es una forma sutil de contextualismo, y al hecho de negar la justificación de la fachada dentro de los propios criterios identificados en el mismo proyecto, se denominará como “descomposición de fachada” en relación al lugar.



Figura 7. Edificio para la Banca Catalana



Fuente: Saravilla, (1977)



Figura 8. Planta Banca



Fuente: Serrano, (1967)



Figura 9. Banca Catalana y su contexto



Fuente: Google Maps, (2019)



Frank Gehry, Casa Danzante, Praga, República Checa, 1992-1996


Deconstrucción de volúmenes en relación al lugar


Durante la Segunda Guerra Mundial, un bombardeo destruyó una casa existente en el centro de Praga, donde años después, se levantaría la Casa Danzante. El edificio se desarrolla en dos torres que recrean cilindros distorsionados: la más alta de hormigón se apoya sobre una columna central y se sostiene gracias a la fachada que funciona de muro portante, y la otra torre más baja de cristal se aprieta a la mitad apoyándose sobre varias columnas. Para Peter Eisenman, la obra de Gehry, aunque deconstructivista, tiene precedentes históricos en el neoclasicismo (Eisenman, 2003). Si se sigue el ejemplo de Eisenman y se extiende esta reflexión a la Casa Danzante, se puede identificar sus raíces en el tipo de edificio historicista de torre en esquina y dos alas simétricas a sus lados. Así mismo, la Casa Danzante conserva la torre en la esquina, pero incluye otra opuesta de vidrio al costado, en una operación que se da para enfatizar la asimetría de todo el edificio. Si Gehry arrancó del historicismo para el diseño de la Casa Danzante, las conexiones con este referente tratarán de corromperse gracias al deconstructivismo. No obstante, tanto el historicismo como el edificio de Gehry, se insertarían en armonía con el lugar al reproducir la imagen de los edificios vecinos, por el cumplimiento de las reglas de simetría, ordenes, tipos en el primer caso y por la deconstrucción en el segundo, al basarse en esas reglas clásicas y al mismo tiempo negarlas. Esta noción de inserción en el sitio se denominará como la “deconstrucción de volúmenes” en relación al lugar.



Figura 10. Casa danzante



Fuente: Portal Oficial de Turismo de Praga, (2019).



Figura 11. Plantas Casa Danzante


Fuente: Miklosko, (1997).



Figura 12. Casa Danzante y su contexto



Fuente: Google Maps, (2019).



En definitiva, se tienen cuatro modos de insertar edificios en la ciudad histórica o en manzanas consolidadas: los dos primeros ejemplos de acuerdo a Kenneth Frampton corresponden al término “dar forma” y se acercan a la modernidad, los dos últimos a “imponer una forma” y decantan en la posmodernidad (Framptom, 2012, p. 257). La descripción de estos edificios no ha sido vista como un modelo seguir, sino como casos en los que podría darse la interacción de las edificaciones del siglo XX sobre contextos históricos. Estas cuatro condiciones siempre serán relativas y únicamente buscan animar las variaciones y los modos en que podría darse la interacción de la Casa de la Cultura y el Palacio Municipal con el lugar.



Desarrollo de la herramienta de valoración y documentación


Al tener en cuenta que las edificaciones a analizar se insertan en el Centro Histórico de Cuenca; la realidad de donde parte el estudio, se dirigirá a realizar una ficha sobre los modos de inserción de obras modernas en contextos históricos consolidados. Esta herramienta se desenvuelve en base a tres valores primordiales (Caraballo, 2011):

  1. Histórico

    La documentación histórica se caracteriza por la recolección de información existente del inmueble a analizar. Así mismo, habla de la identidad de una comunidad al encontrar valores que cuenten sobre su historia, así como la importancia que en medio de esto posee el bien dentro de una. Si bien el valor histórico abarca varias características sociales, constructivas, urbanas, artísticas, científicas, entre otros (ICOMOS, 1969); estos datos no pueden ser recogidos en campo: esta información se encuentra en libros, fuentes orales y escritas, fotografías y planos originales


  2. Social

    El valor social se lo otorga a la importancia que le da a una comunidad a ciertas características que son representados por el bien cultural (Caraballo, 2011); es decir es la percepción social una comunidad que da valor a un objeto. Para poder medir la misma, las encuestas y cartografías sociales nos ayudarían a entender mejor el conocimiento de la comunidad sobre el elemento. Al tener esta información, la participación ciudadana se vuelve fundamental para el conocimiento de las obras por medio de talleres y espacios de concienciación que permitan cambiar y ajustar las dinámicas sociales, para así dar a conocer a la población sobre importancia de las obras (Caraballo, 2011).


  3. Estético / arquitectónico

    La documentación arquitectónica se caracteriza por recolectar la información de la edificación como áreas, distancias, modelos, esquemas tentativos, entre otros (Gastón y Rovira, 2007). Por otro lado, la valoración estética depende también de su ubicación y de la importancia que tiene esta edificación en el desarrollo de la sociedad en la que se emplaza (Caraballo, 2011).

    Para la valoración patrimonial de un inmueble; es fundamental cumplir con las condiciones históricas, sociales y estéticas; sin embargo, la presente investigación se dirigirá a lo estrictamente arquitectónico. Establecido esto, la propuesta de ficha tratará de extraer la información que permitirá caracterizar la Casa de la Cultura y el Palacio Municipal desde los criterios de la forma moderna. Partiendo de esto, la ficha se desarrollará en dos fases, de documentación y de valoración.



    Fase de documentación


    Documentar se entiende como la recopilación de información para el conocimiento sobre un bien patrimonial, un paso previo y obligado, antes de emprender cualquier análisis y valoración del mismo. Los estudios de conservación de un bien pierden fuerza, si carecen de información o si ésta desconoce acerca de lo primordial en una edificación (Caraballo, 2015). Para la investigación se tomaron en cuenta tres formas de documentación: “El proyecto moderno: pautas de investigación” (Gastón y Rovira, 2007); la ficha perteneciente a la fundación de Docomomo (2003); y la ficha utilizada por el INPC (2011). Tomando de ellas las características más relevantes que permitan recopilar la información necesaria para documentar un bien.

    1. Datos de control (INPC, 2011).
    2. Imagen del caso de estudio (INPC, 2011) (Docomomo, 2003), (Gastón y Rovira, 2007).
    3. Descripción del edificio y observaciones (INPC, 2011) (Docomomo, 2003), (Gastón y Rovira, 2007).
    4. Identificación del inmueble (INPC, 2011) (Docomomo, 2003), (Gastón y Rovira, 2007).
    5. Años de construcción (INPC, 2011) (Docomomo, 2003), (Gastón y Rovira, 2007).
    6. Datos de localización (INPC, 2011).
    7. Ubicación y georreferencia (INPC, 2011) (Docomomo, 2003), (Gastón y Rovira, 2007).
    8. Uso actual (INPC, 2011): Público, privado, religioso, particular
    9. Ficha técnica (Docomomo, 2003), (Gastón y Rovira, 2007).
    10. Áreas de parcela y por planta (Docomomo, 2003), (Gastón y Rovira, 2007).
    11. Planta esquemática (INPC, 2011) (Docomomo, 2003), (Gastón y Rovira, 2007).
    12. Fotografías de tramo (INPC, 2011) (Docomomo, 2003), (Gastón y Rovira, 2007).
    13. Fotografías complementarias (INPC, 2011) (Docomomo, 2003), (Gastón y Rovira, 2007):
    14. Fotografías generales, espacios interiores, detalles constructivos


Figura 13. Ficha de documentación.



Fuente: Auquilla, (2019, p.1).



Figura 14. Ficha de documentación.



Fuente: Auquilla, (2019, p.2).


Figura 15. Ficha de documentación.



Fuente: Auquilla, (2019, p.3)




Fase de Valoración


Para entender al valor patrimonial, se debe comprender antes su significado: “El valor por un lado expresa las necesidades cambiantes del hombre y por otro aporta con un significado positivo a los elementos naturales y sociales que permiten la existencia y desarrollo de esa comunidad” (Caraballo, 2015, p. 26). Sin embargo, el valor siempre se verá de forma subjetiva y dependerá de la persona que lo analice. En cuanto al patrimonio, se define como “lo que se recibe de los padres” y que, por tanto, es de uno por derecho propio (UNESCO, 1972). Por otro lado, entendiendo atributo, como “cada una de las cualidades o propiedades de una cosa” (RAE, 2011, en línea); el objetivo de una valoración patrimonial, sería identificar en un elemento, con valor trascendental que se vea representado por unos atributos que permitan dar cuenta de aquella condición fundamental. En la segunda parte de la ficha, se realizan esquemas que se desarrollaron de tal manera que permitan clasificar a las edificaciones analizadas de acuerdo a los criterios de inserción del proyecto respeto al lugar en el que se encuentra y de cómo el edificio responde a este. Refiriéndonos a los cuatro casos analizados en la inserción de obras, estas se clasifican de acuerdo a su naturaleza arquitectónica, en donde cada una responde a una sistematización derivada de sus condiciones en relación al lugar (volumen unitario, varios volúmenes articulados, descomposición de fachada, deconstrucción de volúmenes). Partiendo de esta clasificación arquitectónica, se hace una división de acuerdo a tres escalas: urbana (relación con su contexto inmediato), arquitectónica (características y proporciones inherentes a la edificación) y de detalle (soluciones constructivas); con el fin de poder abarcar las características más relevantes de las edificaciones en contextos urbanos del siglo XX:


    Escala urbana


    1. Orden geométrico de la fachada con las preexistencias (Figura 16)

  1. En contraste con la fachada del edificio preexistente: la geometría de la fachada del edificio, al derivar del programa y el sistema constructivo, responde a la serie de sistemas internos del proyecto.
  2. El orden geométrico de un volumen secundario sirve para relacionarse con el entorno: el edificio usa varios volúmenes que, derivados del programa más el sistema constructivo, sirven como transición a una preexistencia.
  3. La fachada sigue juegos geométricos aleatorios que no guardan relación con el orden interno de los componentes del edificio. Estos juegos geométricos pueden servir para armonizar figurativamente con las preexistencias del entorno.
  4. La geometría de la fachada resulta de la deconstrucción volumétrica de la edificación, ya sea para oponerse a tipos históricos, para significar o para disolver la apariencia de la edificación en el entorno circundante.

    2. Relación volumen del edificio con los volúmenes de las preexistencias (Figura 16)

  1. La relación espacial con los volúmenes preexistentes se da por medio de un volumen único: el edificio es una reverberación de la escala construida del entorno que se concreta en un bloque unitario, en muchos casos la planta baja aporta con conexión a la ciudad.
  2. Se emplea un volumen adicional o varios volúmenes más para relacionar el edificio con el entorno: los volúmenes mantienen ciertas características dimensionales que derivan de la espacialidad de las preexistencias y resultan de la relación de programa y construcción.
  3. Más que la relación volumétrica con los alrededores, prevalece el juego de fachadas: Se emplea un volumen adicional o varios volúmenes más para relacionar el edificio con el entorno: los volúmenes mantienen ciertas características dimensionales, sin embargo, pueden existir desconexiones en relación con el programa y la construcción.
  4. Juego de volúmenes en armonía con los volúmenes de las preexistencias: si bien el edificio es muy contrastante se pretende conseguir una homogeneidad con las edificaciones circundantes.

    Escala arquitectónica


    1. Relación de la fachada con la estructura portante (Figura 16)

  1. El orden geométrico de una fachada resulta de las dimensiones de la estructura portante del edificio: las crujías de la estructura determinan los aspectos geométricos y modulares de la fachada.
  2. El orden geométrico de las fachadas, deriva de las estructuras portantes del proyecto: la existencia de varias estructuras, deriva en diferentes fachadas arraigada a las estructuras de los sub-edificios de los que derivan.
  3. Prevalece el juego de fachadas por sobre el orden de una estructura portante: la fachada es una entidad arquitectónica independiente de la estructura.
  4. La estructura es tributaria de los volúmenes de la fachada: el diseño estructural se acopla a la figuración del diseño volumétrico.

    2. Relación estructura con la planta (Figura 16)

  1. Una estructura facilita el orden de la planta: el edificio se desarrolla en una sola modulación estructural, por lo tanto, se aprecia un solo volumen en la que pueden desarrollarse diferentes actividades.
  2. Varias estructuras facilitan el orden de diversos programas: una estructura genera diferentes volúmenes contenedores de las actividades del programa.
  3. Una estructura, o varias estructuras se arraigan al orden de la planta, a pesar de su desconexión con las fachadas: una estructura genera uno o diferentes volúmenes contenedores de las actividades del programa, sin embargo, en ellos prevalece una figuratividad en la fachada.
  4. Las estructuras sostienen los volúmenes del edificio y de los volúmenes de las fachadas derivan otras subestructuras: la estructura no responde a una conexión con el programa, debido a que su prioridad es concretar la volumetría de la edificación.

    3. Relación fachada con la planta (Figura 16)

  1. Una fachada, varias funciones: una única fachada externa no impide que en el interior se desarrollen variadas y diferentes actividades.
  2. Varias fachadas, varias funciones: las fachadas cambian de acuerdo a las funciones que se realizan en el interior del edificio.
  3. Juego figurativo se impone a la solución de la planta: el los orden de las fachadas es independiente, si bien puede depender de las actividades que se realizan en el interior, también en deriva en una figuratividad.
  4. Fachada se da por intensificar el volumen, no por el resultado de las funciones: la solución de las fachadas responde a las operaciones de deconstrucción del volumen, por lo que no es relevante la función en el interior.

    Escala de detalle


    1. Relación constructiva fachadas y preexistencias (Figura 16)

  1. Materiales en contraste con las preexistencias: los materiales usados en fachada responden al orden interno del edificio y su reverberación espacial al lugar, por lo que pueden resultar contrarios con las preexistencias.
  2. Materiales de los diversos edificios se articulan con preexistencias: los materiales usados en fachada responden al orden interno de los edificios y su reverberación espacial al lugar, por lo que pueden resultar contrarios con las preexistencias.
  3. Juegos aleatorios de los materiales: la fachada al ser figurativa puede responder a los materiales de los edificios colindantes, ser un resultado de juegos geométricos autónomos.
  4. Juegos volumétricos con las preexistencias: la fachada al ser figurativa puede servir para oponerse a tipos históricos, para significar o para disolver la apariencia de la edificación en el entorno circundante.

    2. Orden de la fachada sigue un orden constructivo material (Figura 16)

  1. La fachada y su construcción siguen un mismo orden: la fachada mantiene un orden visual reconocible desde el sistema constructivo.
  2. La fachada y su construcción siguen un orden consistente en cada edificio: varias fachadas mantienen un orden visual reconocible desde el sistema constructivo de los diferentes edificios de los que derivan.
  3. La fachada y su construcción siguen juegos aleatorios: el orden aleatorio de la fachada depende de un sistema material propio en donde no es reconocible su conexión con el orden interno del edificio.
  4. La fachada y su construcción son tributarios de la deconstrucción de volúmenes: las fachadas derivan en sistemas constructivos tributarios de la deconstrucción volumétrica del edificio.


Figura 16. Ficha de valoración



Fuente: Auquilla, (2019, p.4)



Figura 17. Ficha de valoración



Fuente: Auquilla, (2019, p.5)



Conclusiones


¿En qué grado el Palacio Municipal y la Casa de la Cultura de Gilberto Gatto Sobral se acercan a los criterios de la forma moderna en lo referente a la inserción en lugares históricos? Para responder esta pregunta se aplicó la herramienta de valoración y documentación en estas dos obras: se tuvo como resultado que, tanto la Casa de la Cultura como el Palacio Municipal, se encuentran en la categoría de “varios volúmenes construidos”. Esta condición las coloca en el grupo de edificaciones cuya articulación de volúmenes resulta de la relación entre programa y construcción desde una reverberación de las características espaciales que se identifican en el lugar:

Aplicación de la ficha en el Palacio Municipal: aplicando la herramienta de valoración desarrollada, y en conjunto con el análisis de este edificio, se reconocieron varias características: más allá del proceso de construcción histórica que conllevó la implantación de las construcciones aledañas a la Plaza Central de Cuenca (Parque Calderón), la contradicción entre edificaciones con o sin portal y los diversos retiros, es el aspecto al que fue quizá sensible Gilberto Gatto Sobral cuando proyectó el Palacio Municipal en 1953. El Palacio se compone por cuatro edificios rectangulares y una torre (Figuras 18, 19), diferenciados por las funciones en paquetes de oficinas administrativas (bloques B, E, A), auditorios, vestíbulos, salas de exposiciones (bloques C, E) y atención al cliente (plantas bajas, bloques B, D) que, en su conjunto, se articulan para formar una implantación en “u”. Las fachadas exteriores del Palacio Municipal se construyen con portales que se interrumpen por la posición de la torre (bloque B), al gestionar su relación con un edificio vecino existente que carecía de galerías y que ya había sido construido en 1954. De hecho, es gracias a esta construcción que el Palacio Municipal, logra una suerte de acuerdo entre reproducir el modelo de la Catedral Vieja, al retirarse varios metros y ampliar el espacio público de la acera, sin suprimir -en lo posible- la espacialidad de las galerías: una reflexión que, sin negar, mejora la condición urbana existente de las construcciones del siglo XIX que le precedieron. De acuerdo a estas características, se determina que el Palacio Municipal al corresponder a una edificación de “varios volúmenes construidos” es una respuesta no por una condición figurativa, sino por ser una derivación de la espacialidad del lugar, su estructura portante y el programa, por lo que se considera como una edificación con valores estéticos desde el punto de vista de la forma moderna.



Figura 18. Planta Palacio Municipal.



Fuente: Mogrovejo, (2008)



Figura 19. Planta



Fuente: Auquilla, (2019).



Figura 20. Palacio Municipal.



Fuente: Cobos, (2019).



Aplicación de la ficha en la Casa de la Cultura: Así mismo, al aplicar la herramienta de valoración en este edificio se obtienen varias características reconocibles: la Casa de la Cultura, ocupa el lugar de dos terrenos irregulares que se encuentran divididos por una calle en sentido este-oeste (Presidente Córdova). Así, Gatto Sobral, se encontró con un proyecto que debía gestionar la comunicación entre ambos terrenos, sin que el edificio vea atentado su funcionamiento y unidad. La Casa de la Cultura se integra por una serie de bloques articulados que responden a funciones y estructuras portantes diferenciadas: teatro (bloque A), oficinas administrativas con locales comerciales en planta baja (bloques B, C), biblioteca y dirección (bloque D) (Figuras 20, 21). Al igual que el Palacio Municipal, la Casa de la Cultura procura una suerte de reflejo a las condiciones espaciales que se identifican en el entorno. El teatro (bloque A), que limita con el lindero norte del terreno se adelanta al retiro frontal de una construcción neoclásica preexistente, el Palacio de Justicia, replicando la espacialidad de los portales que colindan con la Catedral Vieja, situada en la cuadra de enfrente. La planta baja del teatro, por el contrario, a pesar del cierre que implica la volumetría del Teatro, se plantea desde la noción de volcarse e integrarse al espacio de la manzana, aportando porosidad y funciones sobre la acera. En horas de la noche este espacio se convierte en un hito de luz que brinda percepción de seguridad al lugar. Reconociendo las propiedades de la edificación, se determina que la Casa de la Cultura cumple igualmente con la condición de “varios volúmenes construidos” lo que la define como una edificación con valores estéticos específicos al emplazamiento desde un punto de vista de la forma moderna.



Figura 21. Planta



Fuente: Auquilla, (2019).



Figura 22. Casa de la Cultura.



Fuente: Cobos, (2019).



Se puede concluir que las dos edificaciones de Gatto Sobral en Cuenca, y en lo referente al lugar son parte del patrimonio moderno local, al ser ejemplos sobresalientes de la relación entre forma moderna y estructura urbana.

Sobre el aporte de la herramienta de documentación y valoración: al ser un proyecto de investigación arquitectónica, la elaboración de la herramienta se centró en documentar y valorar al edificio únicamente desde sus atributos estético/arquitectónicos. Debido a que la estética del proyecto simplemente tiene que ver con la disposición espacial de sus elementos en el lugar, implica un desarrollo del edificio según tres escalas: urbana, arquitectónica y de detalle. Aunque estas herramientas fueron elaboradas para edificaciones en contextos históricos, se pueden aplicar para todo tipo de edificaciones del siglo XX, siempre y cuando, su posición en el lugar involucre la relación con un entorno construido, unas medianeras y la presencia en una manzana ya consolidada con los años. Dado la condición formal y figurativa que el edificio moderno y posmoderno involucran respectivamente con el lugar; la ficha trata de reconocer, si bien superficialmente, al proyecto desde sus posibilidades estéticas de interacción con las vecindades. En consecuencia, las herramientas de documentación y valoración son un proceso fundamental para el conocimiento y la conservación de cualquier edificación, a sabiendas de que en la actualidad aún no existen herramientas específicas que valoren a la arquitectura moderna. El objetivo de la ficha, entonces, será determinar de qué manera se produce un cruce de criterios entre los valores del edificio construido y los criterios de la forma moderna y cuando más se acerquen a ella, el edificio estará más próximo a lo que puede considerar por modernidad. Se recomienda poner a prueba el empleo de esta ficha en otras ciudades del Ecuador, para verificar sus virtudes y falencias, al momento de reconocer la arquitectura en relación al lugar. Aún queda mucho por saber acerca de qué reflexionar, valorar y documentar respecto de un edificio moderno, la presente investigación, procuró ser tan solo un intento superficial.




Referencias


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Figura 13 Auquilla. P. (2019). Ficha de documentación [Ficha].

Figura 14 Auquilla. P. (2019). Ficha de documentación [Ficha].

Figura 15 Auquilla. P. (2019). Ficha de documentación [Ficha].

Figura 16 Auquilla. P. (2019). Ficha de valoración [Ficha].

Figura 17 Auquilla. P. (2019). Ficha de valoración [Ficha].

Figura 18 Mogrovejo V. (2008). Planta baja Palacio [Planta].

Figura 19 Auquilla, P. (2019). Planta baja Palacio Municipal [Planta].

Figura 20 Cobos, F. (2019). Contexto Casa de la Cultura [Foto].

Figura 21 Auquilla, P. (2019). Planta baja Planta alta Casa de la Cultura [Planta].

Figura 22 Cobos, F. (2019). Contexto Palacio Municipal [Foto].